Conócenos

El Jamboree fue fundado en 1970 con el fin de ofrecer al barrio de Aluche una alternativa educativa no formal basada en el escultismo. El principal objetivo que se ha trabajado desde entonces ha sido ofrecer oportunidades a los chavales del barrio de desarrollar aptitudes de convivencia, trabajo en grupo y respeto por el medio ambiente. Todo esto es posible gracias a un entorno en el que los chavales se sienten parte de un grupo de iguales en el que todo el mundo trabaja por un mismo objetivo.

Se intenta que todas las acciones llevadas a cabo por la Asociación se realicen desde un punto de vista crítico hacia la realidad que nos rodea con el fin de poder mejorarla. Esto permite a los chavales participar de forma activa y horizontal, realizar acciones sin esperar nada a cambio y generar una opinión propia sobre el mundo que les rodea.

La Asociación Scout Jamboree es una agrupación juvenil sin ánimo de lucro, abierta a cualquier persona sin distinción de origen, raza, creencia o sexo, independiente de toda organización política, sindical o religiosa y cuya actividad se encuentra enmarcada en la educación no formal según los principios y metodologías propios del escultismo y así queda definido en sus estatutos.

Como ya se ha mencionado previamente, en las actividades tratamos de crear una conciencia crítica y por ello necesitamos estar en continua revisión metodológica, ya que es fundamental que nos adaptemos al entorno que nos rodea. En nuestra Asociación conviven personas de diferentes edades con necesidades educativas diferentes y en realidades sociales distintas. Esta diversidad nos obliga a que cada grupo de edad (rama) siga una pedagogía específica y adaptada a la situación que viva en cada ronda.

Hay cinco principios fundamentales dentro de la asociación que se aplican en la intervención directa de los/as monitores/as con sus chavales/as y en el trabajo dentro del mismo equipo de trabajo. Estos principios surgen de la interpretación del escultismo y de los principios integradores y socializadores de la educación adaptada al momento actual. Así podemos integrar a cada uno de los/as participantes de la asociación dentro de la misma. El objetivo principal es un crecimiento personal a través de la solidaridad, participación, trabajo cooperativo y el desarrollo de las emociones.

Los cinco principios son los siguientes:

Este principio es de gran importancia, ya que el crecimiento personal se consigue a través del tiempo de ocio de los/as participantes. Una correcta dinamización de las actividades es el pilar fundamental para que los/as asociados/as aprendan a través de las actividades.

El juego es una herramienta básica para la transmisión de valores y, además, es una herramienta para plantear y buscar soluciones a problemas y situaciones complejas de nuestra realidad y entorno cercano. Esta es una de las características del escultismo, que cree en el aprendizaje a través del juego, dándose así de una forma natural.

Fomentamos la educación en valores y la autoformación, de forma que cada uno/a pueda aprender por sí mismo/a, teniendo un apoyo seguro en sus monitores/as. Buscamos que formen su propio criterio y manera de pensar, ofreciendo diferentes puntos de vista y dimensiones acerca de un mismo aspecto. Asimismo, nos centramos en sus centros de interés, pero también descubrirles otros completamente nuevos. De esta manera, su capacidad de reflexión y análisis de la realidad va aumentando poco a poco.

Pretendemos que cada uno/a de los/as participantes de la asociación se sienta como parte activa de la misma, no solamente como receptores/as de información y aprendizaje, sino responsabilizándose de su propio desarrollo. La búsqueda de compromisos a través del cambio social es constante.

Contribuir a la asociación y su entorno, supone una mayor autovaloración de las capacidades reales del grupo y de los/as individuos/as, produciéndose así una autovalidación para cambiar su entorno. De esta manera, también hay una gran congruencia emocional entre las ideas y los actos. Esta idea está presente desde la primera etapa del grupo, la Camada, hasta el Kraal (equipo de monitores/as), buscando un incremento de la participación, directamente proporcional al crecimiento emocional y madurativo de los/as asociados/as.

Este aspecto solamente surge efecto si nos encontramos en un grupo de personas en el que todas nos consideramos iguales. De este modo, se dará un mayor aporte de ideas y el contraste entre las mismas incrementará, así como lo hará la diferencia de criterios. También aparece la idea de ser partícipe de un grupo, por lo que, cada persona se sentirá emocionalmente vinculada a este, con el que convive y atraviesa los mismos procesos. Es, entre las personas de este grupo, donde surgen poco a poco los hábitos de cooperación. Al darse estos hábitos, las personas están interactuando de una forma positiva y, así:

-        Evolucionan sus relaciones personales aumentando el conocimiento, la confianza y el afecto mutuo.

-        Desarrollan la capacidad comunicativa de hacerse entender y de entender a los/as demás.

-        Aprenden a organizarse, debiendo tomar sus propias decisiones y resolver los conflictos.

La evolución de una persona repercute directamente en el resto de personas del grupo, por lo que es mucho más enriquecedor el crecimiento en grupo que el individual. Debido a estos motivos, uno de nuestros principales objetivos es crear el sentimiento de grupo en nuestros/as participantes. Dentro de esta lógica, se encuentran todas las actividades y ceremonias propias de las ramas, así como todas las dinámicas destinadas a conseguir este sentimiento de unión. Es necesario señalar que las construcciones propias de cada rama están dentro de esta lógica, pues generan, dentro del campamento, una sensación de intimidad ante un espacio construido por los/as propios/as chavales/as.